ciclo de feldenkrais

Una sonrisa, una mirada, una mano que se abre… cada gesto es una expresión viva de nuestro mundo interno en movimiento.

Nuestra forma de movernos, sentir, pensar y vincularnos está profundamente ligada a la gestualidad. Desde el método Feldenkrais, entendemos el gesto como una manifestación dinámica de toda nuestra experiencia: cuerpo, emoción, pensamiento y sensación forman una unidad.

Zonas como el rostro, la boca y las manos —tan presentes en la expresión y la comunicación— ocupan un lugar destacado en el cerebro, no por su tamaño físico, sino por la finura con que las sentimos y movemos. A través de ellas damos forma al mundo… y a nosotrxs mismxs.

Al explorar estas áreas con atención —suavizando la mandíbula, despertando la lengua, liberando las manos— también se abren nuevas formas de sentir, pensar y habitar el cuerpo y la vida.